'Todos nacemos originales, algunos en la vida se convierten en fotocopias'
Carlo Acutis nació en Londres, Gran Bretaña, el 3 de mayo de 1991, de padres italianos, Carlo y Antonia Salzano, que estaban en la City por motivos de trabajo. Fue bautizado el 18 de mayo en la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Londres. En septiembre de 1991, la familia regresó a Milán. A los cuatro años, sus padres le inscriben en la guardería, a la que asiste con gran entusiasmo. Cuando llegó el momento de la escolarización obligatoria, lo matricularon en el Instituto San Carlo de Milán, una conocida escuela pública. Al cabo de tres meses, fue trasladado a la escuela primaria del Instituto Tommaseo de las Hermanas Marcelinas, por estar más cerca de su casa. El 16 de junio de 1998 recibió la Primera Comunión, antes de su edad habitual, gracias a un permiso especial de su director espiritual, el padre Ilio Carrai, y del arzobispo Pasquale Macchi. La celebración tuvo lugar en el monasterio de las monjas de clausura romitas dell'Ordine di Sant'Ambrogio ad Nemus, en Bemaga di Perego (Lecco). El sacramento de la Confirmación, el 24 de mayo de 2003, le fue administrado en la iglesia de Santa Maria Segreta, por monseñor Luigi Testore, antiguo secretario del cardenal Carlo Maria Martini y párroco de San Marco en Milán.
A los catorce años, ingresó en el instituto clásico Leone XIII de Milán, dirigido por los padres jesuitas, donde desarrolló plenamente su personalidad. Con un estudiante de ingeniería informática, empezó a editar y cuidar la página web de la parroquia milanesa de Santa Maria Segreta. Aunque sus estudios eran particularmente exigentes, decidió espontáneamente dedicar parte de su tiempo también a preparar a los niños para la Confirmación enseñando el catecismo en la parroquia de Santa Maria Segreta. Ese mismo año, diseñó la nueva página web de voluntariado del Instituto León XIII y promovió y coordinó la producción de los spots de voluntariado de muchas clases en un concurso nacional. Pasó todo el verano de 2006 diseñando la página web de este proyecto. También organizó la página web de la Pontificia Academia Cultorum Martyrum.
Una de las particularidades de Carlo era que le gustaba pasar la mayor parte de sus vacaciones en Asís, en casa de su familia. Aquí, además de divertirse con los amigos, aprendió sobre San Francisco. De él aprendió el respeto a la creación y la dedicación a los más pobres. De hecho, el ejemplo del Seráfico y de San Antonio de Padua al realizar actos de caridad con los pobres fue para Carlos una invitación a hacer lo mismo. Así, se lanzó a un concurso de caridad en favor de los necesitados, los sin techo, los forasteros, a los que también ayudaba con dinero ahorrado de su paga semanal.
Debido a la gran devoción de Carlos a Nuestra Señora, rezaba diariamente el Rosario. Se consagró varias veces a María para renovarle su afecto e implorar su apoyo. Incluso diseñó un esquema del Rosario, que más tarde reprodujo con su ordenador. Hay que reconocer que los Novissimi estuvieron siempre presentes en la vida espiritual de Carlos. Su fuerte conciencia de la realidad de la vida eterna provocó obstáculos por parte de algunos de sus amigos.
En octubre de 2006, enfermó de leucemia de tipo M3, considerada la forma más agresiva, al principio confundida con gripe. Al principio fue hospitalizado en la Clínica De Marchi de Milán, y luego, al agravarse la situación, fue trasladado al Hospital San Gerardo de Monza, donde existe un centro especializado en el tipo de leucemia que le había atacado. Pocos días antes de su hospitalización, ofreció su vida al Señor por el Papa, por la Iglesia, para ir directamente al cielo.
En aquel hospital, un sacerdote le administró el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Algunas de las enfermeras y médicos que siguieron a Carlos en aquellos momentos, lo recuerdan con gran afecto y edificación. La muerte cerebral se produjo el 11 de octubre de 2006, su corazón dejó de latir a las 6.45 horas del 12 de octubre. La noticia de su muerte se difundió inmediatamente gracias a sus compañeros de clase. Una vez que el cuerpo fue llevado a casa, hubo un flujo continuo de personas que fueron a presentar sus últimos respetos. El funeral se celebró en la iglesia de Santa Maria Segreta el 14 de octubre de 2006. El cuerpo de Carlo fue enterrado en la tumba familiar de Ternengo (Biella), y en febrero de 2007 sus restos mortales fueron trasladados al cementerio municipal de Asís para cumplir su deseo de permanecer en la ciudad de San Francisco. Desde su muerte, su fama de santidad y sus signos no han hecho más que aumentar en todos los continentes.
El 5 y 6 de abril de 2019, los restos mortales de Carlos fueron trasladados al Santuario de la Desposesión, Iglesia de Santa María la Mayor, en Asís. La petición de beatificación de Acutis comenzó poco después de su muerte. El 12 de octubre de 2012, sexto aniversario de su muerte, la archidiócesis de Milán abrió la causa de canonización. El Papa Francisco confirmó la autenticidad del milagro en un decreto el 21 de febrero de 2020, lo que condujo a la beatificación de Acutis. El 1 de julio de 2024, el Papa Francisco presidió un Consistorio Ordinario de Cardenales, que aprobó la canonización de 15 personas, entre ellas el beato Carlo Acutis, que se celebrará durante el año jubilar 2025.